Ana María Jurado .
No soy experta en adicciones; no trabajo con adictos, porque no tengo entrenamiento en el área. Pero si puedo opinar desde una perspectiva teórica y ayudada por investigaciones que se han hecho en el país y fuera de él.
Los trastornos adictivos son un conjunto de trastornos que tienen criterios para ser establecidos; están relacionados con el consumo, la dependencia y la intoxicación de substancias que van desde el tabaco y el alcohol, hasta drogas prescritas por el médico, pasando por drogas ilegales como la mariguana, los inhalantes, la cocaína. El trastorno se considera una enfermedad que es vista desde el punto de vista médico, psicológico y social y constituye un problema de Salud Mental.
Una adicción es una enfermedad física y psicoemocional, según la Organización Mundial de la Salud. En el sentido tradicional es una dependencia hacia una sustancia, actividad o relación (codependencia). Este punto de vista resulta importante pues nos permite ver las graves consecuencias que las adicciones traen consigo en la vida real que deterioran, afectan negativamente, y destruyen relaciones, salud (física y mental), además de la capacidad de funcionar de manera efectiva. De esta forma el consumo de sustancia no puede verse como un vicio o una degradación moral por mucho que cause dolor a quien la consume y quienes están a su alrededor, si no como una enfermedad.
En la actualidad se acepta como adicción, cualquier actividad que el individuo no sea capaz de controlar, que lo lleve a conductas compulsivas y perjudique su calidad de vida, como por ejemplo, puede existir adicción al sexo, al juego, a la pornografía, a la televisión, a las nuevas tecnologías y otras.
¿Por qué unas personas es adicta y otra no? la respuesta no es fácil y ha constituido desde varios años un reto para las ciencias implicadas. En Guatemala Rosalía Juárez Estrada (2008) reporta que en su estudio el 100%de los casos tenía dificultades familiares actuales o en su infancia: padres ausentes física o emocional. Padres denigrantes y que consumían, especialmente alcohol; abandono por trabajo y ausencia de límites. También refiere que hay controversia respecto a la predisposición genética, pero sí se sabe que se trata de personas inmaduras emocionalmente, con dificultad para enfrentar las situaciones problemáticas, que consumen para mitigar el dolor emocional.
¿El tener al alcance una droga, (libre de prohibición) facilita que alguien se convierta en adicto? La respuesta de los expertos es negativa. Más bien hacen alusión al hecho de que conseguir la substancia de manera ilegal favorece el involucrarse con personas que trasgreden la ley por lo que ponen en riesgo su vida. Una mirada científica, breve como esta, nos indica que son otros intereses los que no permiten legalizar determinadas substancias. Las interrogantes surgen a partir de esto.