LA SEXTA
Camino por la sexta; me encanta, es mi recreación. El esplendor del día se aleja. Me siento en una banca y veo pasar a los que van y vienen. Risas. Las luces de neón anuncian: La Perla, El Cairo, La casa música, La casa de los abrigos, La paquetería. Me fascino. Carlos se acerca a mí y se sienta a mi lado. Me besa. Toma mi mano. Su mano está gélida, vuelvo la cara. Una estatua dorada me sonríe.
PAJADIS
En aquel tiempo la ciudad estaba manchada de sangre y olía mal. Se reunieron los ancianos y decidieron: construirían Parjardis, muchos Parjardis. Redondos, cuadrados o largos; con árboles, arbustos y flores. ¡Ah!, y con troncos para sentarse y reír. Llenaron los Pajardis de Marifundias que volaban alrededor de los visitantes. Cuando una Marifundia rozaba a uno de ellos, éste sentía un piquete en el centro de su centro. Al salir del Pajardis y pisar el suelo de la ciudad, las manchas de sangre desaparecían y las paredes recobraban el olor de la vida.
Estos cuentos breves ganaron mención honorífica en el certamen Mi ciudad en 100 palabras de la Municipalidad de Guatemala en 2014.