Los estudios demuestran que en las parejas prevalece la violencia de tipo psicológica sobre la violencia física, la agresión emocional es superior a la agresión física, incluye palabra, gestos, a veces muy sutiles, pero que implican descalificaciones y nos hacen sentir mal. Aunque sabemos que la razón de la violencia hacia la mujer es el sistema patriarcal en el cual vivimos, que legitima la supremacía masculina desde la tenencia del poder, ahora se sabe que ciertas patologías facilitan que las agresiones en la pareja se de. Hay cónyuges con síntomas hostiles, que manejan ira por diversa razones, también algunos rasgos de personalidad impulsiva, antisocial, el consumo de alcohol y la experiencia de victimización se convierten en facilitadores. También se está estudiando la violencia situacional que es aquella se da en momentos críticos de la relación como la separación y el divorcio.
Cualquiera que sea el tipo de violencia se considera inadmisible ya que constituye un riego para la salud e incluso la vida de la víctima .