Hay un interés creciente por estudiar los efectos de la tecnología en la población en general y especialmente en los adolescentes. Hoy quiero compartirles un estudio que se hizo en la Facultad de Salud Pública Sanford de la Universidad de Duke en Durham, Carolina del Norte. Esta nueva investigación sugiere que cuando los niños en riesgo de problemas de salud mental pasan mucho tiempo con los smartphones u otras tecnologías digitales, tienen un riesgo más alto de problemas de atención o de conducta perturbadora.

Los investigadores también observaron que el tiempo frente a las pantallas ofrece un beneficio. Cuando los niños y adolescentes enviaban más mensajes de texto en cualquier día dado, parecían estar menos ansiosos y deprimidos. Una de las coautoras del estudio, la profesora Candice Odgers, apuntó que estos hallazgos sugieren que «entre los adolescentes que ya están en riesgo, un uso alto podría amplificar los problemas existentes”, Odgers y sus colaboradores revisaron hace poco los hallazgos de estudios anteriores y encontraron “muchas más evidencias de asociaciones positivas entre el uso de tecnología de los adolescentes y sus relaciones sociales de lo que habríamos anticipado a partir de los temores generalizados sobre el uso en aumento por parte de los adolescentes”, comentó. Pero Odgers dijo que “todavía sabemos muy poco sobre si la conectividad constante o los patrones de uso de los adolescentes tienen efectos en su salud mental, relaciones y desarrollo”.

Los resultados de los estudios no son concluyentes, se encuentran aspectos negativos y positivos, parece ser que aumenta la hiperactividad y síntomas de déficit de atención, así como trastornos de conducta, en algunas poblaciones, pero calma la ansiedad en adolescentes cuando envían cierto número de textos.

Es un tema complejo y que demanda de los padres atención, sentido común y tolerancia. Finalmente, “Para mejorar la salud mental adolescente, también debemos comprender cómo usan estos [dispositivos] para conseguir el respaldo social y conectarse con los miembros de sus redes sociales de formas tanto positivas como negativas”, explicó la investigadora. Prudencia y atención diría a los padres.

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