Escucho esta declaración “A mí no me gusta leer “ con mucha frecuencia.
Guatemala no solamente es un país con alto índice de analfabetismo si no que también con alto índice de analfabetismo funcional: las personas saben leer, pero no leen. La lectura es una de las actividades más placenteras que las personas tenemos, al igual que la música, las bellas artes en general, leer lo que otros escriben nos hace viajar a mundos inusitados, conocer los dramas humanos, la belleza del uso de las palabras o el conocimiento detrás de los ensayos.
¿Quiere empezar a implementar el hábito? Aunque lo ideal es que este hábito se inicie desde pequeños, podemos educarnos para entrarle a la lectura. Podemos empezar con textos ligeros como las novelas de las revistas qué hay en un salón de belleza o atrevernos con un artículo de fondo del periódico. Esto nos permitirá construir una opinión sobre los acontecimientos nacionales o internacionales, saber cómo piensan las personas que piensan y lograr una opinión informada.
Solo la lectura nos puede sacar de la incultura y como dice una maestra, nosotras, las adultas y los adultos somos el futuro. Que leamos tiene implicaciones en nosotros y en los demás, somos afortunadas al saber leer y tener acceso a los libros. Y por cierto, ahora hay fiesta de libros, está Filgua, la feria internacional del libro, qué tal si nos acercamos y nos dejamos seducir por algún autor, un premio Nobel, una premio Nobel… les dejo la invitación.