Estudios recientes dan cuenta que los factores psicosociales pueden causar problemas cardiacos. Un nuevo estudio demuestra cómo las experiencias traumáticas pueden afectar la salud vascular y, en última instancia, a las enfermedades del corazón. Esta es una noticia alarmante, tanto si lo vemos desde el punto de vista de las enfermedades cardiacas, de las cuales es muy claro que fumar, la hipertensión arterial y otros son factores de riesgo las favorece, y aún más, si lo vemos desde la perspectiva del trauma psicológico. Esto si es noticia. El estudio demostró que las mujeres que reportaron un mayor número de experiencias traumáticas (tres o más) tuvieron una función endotelial más pobre que las puede hacer más susceptibles a sufrir un incidente cardiaco. Para el propósito de este estudio, las experiencias traumáticas se definieron como eventos tales como acoso sexual, muerte de un niño, estar en un accidente de coche, experimentar un desastre natural, o ser víctima de golpes o un asalto.
Las patologías del corazón son una de las principales causas de muerte en las mujeres. Según la Asociación Americana del Corazón, cada minuto en Estados Unidos, una madre, esposa, hija o hermana de alguien muere de alguna forma de enfermedad cardiaca. Hasta la fecha, se ha hecho poca investigación para estudiar el impacto de las experiencias traumáticas en la salud vascular como precursoras de la enfermedad cardiaca. Tampoco se ha dedicado mucho trabajo a esta relación durante la transición de la menopausia, cuando el riesgo de enfermedad cardiaca es naturalmente creciente, junto con el deterioro de la función endotelial. El endotelio es el revestimiento interno del corazón y los vasos sanguíneos.
El propósito de compartir esta noticias que encontré es alertar a las mujeres y a quienes están interesadas e interesados en los temas de género para poner atención a la presencia de traumas psicosociales en la historia de la mujer. El chance de que suframos una experiencia traumática en nuestro país es alto, de manera alarmante, y las secuelas de hechos violentos cada vez se ponen más en evidencia.