Su esposo le dice constantemente que levante el ánimo, que sea fuerte, tenemos que salir adelante, no te podes dejarte vencer así, poné la mente positiva. Sus lágrimas brotan y se le entrecorta el habla. Nos estamos hablando en una video llamada después que a instancias de una tía se animó a buscar ayuda. Como ella muchas personas están sufriendo alteraciones en su salud mental debido a la situación que estamos viviendo. En muchos años esta situación representa el  estresor más  fuerte e inusual, porque se han conjugado muchas circunstancias, aislamiento, trabajo en casa,  asunción de varios roles al mismo tiempo, pérdidas trabajo, de intimidad, de cercanía con los seres queridos, distracciones, ausencia de recreación. Amenaza a la vida. De manera que sentir confusión, ansiedad, incertidumbre o depresión son totalmente entendibles. Sin embargo, la persona con quien hablo se siente culpable por no estar cumpliendo con todo lo que ahora le toca estando trabajando desde la casa.  El hecho de que vivan con su papá resulta complicado porque tienen que cuidarse mucho más para que él no se contagie. La lista de situaciones desfavorables aumenta y cada una de ellas es vista como negativa y prácticamente, sin salida. Sin darse cuenta repite “y peor si…” . Esta frase lleva a anticipar catástrofes o simplemente nuevos sufrimientos. Según los expertos la depresión ha aumentado considerablemente debido a dos razones fundamentales, la primera tiene que ver con las pérdidas, esas diversas pérdidas, que han cambiado nuestras vidas y que no sabemos cuándo y cómo las vamos a recuperar (trabajo, sueños, proyectos, salud, posibilidades de una vida diferente) y de aquellas que no podernos nunca recuperar: la muerte de un ser querido. Pero aún hay más, las personas nos estamos dando cuenta que enfrentamos  imposibilidad de rehacernos, de encontrar herramientas que activen mi vida social, que proteja mi salud, que mi trabajo “vuelva a la normalidad”. La prolongación de la situación va en contra de la mentalidad de las jóvenes generaciones que quieren soluciones inmediatas. Es por eso que no les importa exponerse, no hay cabida para la paciencia y para la espera. No hay cabida para la imposición de prohibiciones.  Detrás de cada caso hay muchos factores que habrá que ir asimilando. Una amiga me dijo esta mañana, no te preocupes que la peste del siglo pasado duró  tres años. Como una carrera de fondo hay que tomar un nuevo aire para continuar y si fuera necesario, buscar a una profesional que me ayude a terminar la carrera. 

Share This