Actualmente abundan los libros y los artículos con recomendaciones para la felicidad y permanencia de las parejas. La tendencia en el mundo es que los matrimonios duran muy poco tiempo y que muy pronto pasa la época del enamoramiento y surge la “incompatibilidad” y los problemas. Hay también variedad de modelos de terapias de pareja para ayudar a sostener la peña y que la felicidad entre por puertas y ventanas de nuevo. La verdad es que no es fácil transitar por las diferentes etapas que las parejas pasan. Desde antes he pensado que la palabra compromiso es importante, pero ahora se desglosa el concepto para señalar que el compromiso empieza por la atención de mi propio bienestar, para atender el bienestar del otro. He aprendido términos como atención a las necesidades mías y del otro. Palabras como trabajo y esfuerzo de ambos para que la relación sea la prioridad, esto implica tener la capacidad de conocer las necesidades emocionales de uno y de otro tales como la necesidad de amor, de conexión, de ser reconocido, de que se alimente la confianza. Y es aquí donde entra el trabajo continuo como la búsqueda de tener momentos de intimidad, conversaciones sobre mis deseos y sentimientos (recordar aquellas largas y ricas conversaciones que tenían cuando iniciaron su vida en pareja), buscar objetivos comunes y como no, ese buen humor y la risa. La relación no se va a mantener por si sola, necesitará de esfuerzo y creatividad.