¿Quién dijo que ser emocional era una debilidad y que había que disculparse por ello? Nada que ver. Las emociones matizan nuestra vida y son una fortaleza a la hora de enfrentar los problemas de la existencia. También se ha dicho que que hay emociones malas y emociones buenas. Siento decirle que todas las emociones son buenas y cada una tiene una función especial de carácter adaptativo y en su conjunto son recursos,  fortalezas que nos sirven para lidear con el montón de situaciones cada vez más complejas que se nos presentan. He dicho que la época que vivimos es incierta, incertidumbre que requiere ser vencida. A cada paso tenemos que enfrentarnos a toma de decisiones, mucho del acierto en esta decisión depende cómo gestionamos nuestra vida emocional

¿Quiere que sus emociones sean sus aliadas? En primer lugar debo decirle que lo pimero que conviene hacer es tomar distancia para darse la oportunidad de evaluar la perspectiva antes de reaccionar. Esto implica evaluar la situación, pensarla y manejar la impulsividad. Es a partir de entonces cuando podemos tomar acción, una acción que resulte buena para mi y para el otro. De esta forma podremos manejarnos inteligentemente. 

Hacer lo anterior no es tan sencillo, porque nuestro organismo reacciona de manera instantanea e impulsa a la acción o bien nos paraliza. Una breve lección: aprenda a nombrar lo que siente. Eso significa que tendrá que parar y pregunarse, ¿Qué estoy sintiendo? Trate de darle un nombre y ahora localicela en el cuerpo. ¿En donde la siento? Eso. Tomese el tiempo para encontrarla en el cuerpo. Y respire. 

¿Algo más?. Hay mucho más. Esté atenta, atento a la próxima entrega.

Share This