La lectura ha sido siempre una de mis pasiones. Aprendí a leer siendo muy pequeña y aunque en mi casa no había libros, como en la mayoría de las casas de La Antigua me las ingenié para leer lo que caía en mis manos. En la biblioteca del colegio conseguí vidas de santos, en la librería Azmitia, los libros de Pepe Milla y mi mamá me compró dos colecciones (cuando vendedores ambulantes vendían colecciones de libros  de puerta en puerta), Los Clásicos Jackson y una colección que amo especialmente, Grandes Novelas de la Literatura Universal. Conservo ambas colecciones, casi completas, aunque alguno que otro ejemplar se quedó en casa ajena cuando lo presté. El resto ha sobrevivido las mudanzas y esperan ahí que alguna de mis nietas o el nieto se acerque a algún tomo.

Luego vinieron los libros de psicología y ulteriormente volví a la literatura, a enriquecerme y a abrir puertas y ventas a mundos imaginarios con autores contemporáneos, premios Nobel y sobre todo aquellos cuentos y novelas  escritas por mujeres. No concibo la vida sin los libros. 

Así que cada año me preparo para celebrar la Feria del Libro de Guatemala, la Filgua, ahora de manera virtual del 2 al 12 de de septiembre. Mi tocaya Ana María Cofiño Kepfer   dice, hoy en elPeriódico, “No puede haber bienestar allí donde la libertad se ve limitada o coartada, sea por razones ideológicas o materiales. Si la gente no puede leer, si no tiene oportunidades de acceder a ideas, saberes e imágenes, enfrenta obstáculos que impiden su crecimiento, lo cual repercute en las formas en que nos relacionamos”. Totalmente de acuerdo. Ana Cofiño nos habla de la lectura como un acto de resistencia, como una herramienta política,  creo que la única que nos va quedando, para enfrentar la situación que estamos viviendo. La lectura me ha salvado en varias crisis existenciales que he vivido. Así como recurrí a la literatura en mi adolescencia, lo hice también en mi separación y divorcio. Clarissa Pinkola Estés me acompañó a sanar heridas. Durante la Pandemia la lectura me ha mantenido como el gotero que me nutre.

Este año Filgua virtual está dedicada a mi querida amiga, la escritora Ana María Rodas, valiente, atrevida, periodista, poeta, narradora que ha abierto brecha a escritoras, pensadoras y politicas aquí y fuera de nuestro país. Cerca de 200 escritores presentes. Todo un acontecimiento, una oportunidad para conocer a muchos escritores y escritoras que nos han enriquecido y para mitigar la sosobra, recobrar fuerzas, para seguir resistiendo. 

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