Las relaciones humanas han variado mucho en los últimos tiempos, sobre todo para los adolescentes y adultos jóvenes. Los avances en la tecnología, especialmente con el  aparecimiento de las redes sociales los códigos para establecer comunicación con los pares, los referentes para verse a si mismos y para  valorar a los demás son distintos de los que manejamos quienes contamos con mas edad.  “Dime cuántos “Likes” tienes y te diré quién eres. Los chicos y las chicas miden su popularidad en función al número de seguidores que tienen en instagram y de manera muy particular sus ánimos se ven afectados si alguien le dio o no le dio like a una publicación en Facebook; si le dio el me gusta  a otra persona puede, incluso, despertar celos de proporciones preocupantes. La psicología responde ahora al papel que juegan las personas en las redes sociales, a esas conductas relacionadas con las interacciones y con su imagen personal. Veamos, por ejemplo, los mensajes directos e indirectos en los respectivos muros. Aquel o aquella que no se atreve a declarar su amor viendo a los ojos del amado pone un post encantador que lleva implícito un mensaje y pobre del destinatario que no lo interpreta adecuadamente. Mediante frases cortas, imágenes, post construidos por quien sabe quien envían un mundo de ideas y sentimientos para alguien en específico y pobre de él o de ella si no es interpretado como yo espero. Las fotos, las fotos son un vehículo de comunicación porque como siempre hemos sabido las imágenes valen más que un buen párrafo. La cuestión se resume: ahí te va y mira tu, sí, tu, qué significa, interprétalo y responde.  Los mensajes van y vienen y en la nube se detienen.

Para quienes trabajamos con las personas y buscamos conocerlas, comprenderlas y ayudarlas estos códigos de comunicación son de incalculable valor. Pero resulta que no es ético como profesionales  rastrear, seguir a nuestros consultantes porque su interacción en las redes es parte de su privacidad que merece todo nuestro respeto, es territorio vedado desde lo profesional. Sin embargo, no hace falta hurgar, porque un discurso muestra la importancia que la persona da a las comunicaciones  en las redes sociales. Por medio de mensajes se puede acusar a la pareja de infidelidad o falta de compromiso, de devoción, o de desinterés al no seguirme religiosamente y lo que es alarmante, reaccionar con tristeza e incluso con depresión si no se he conseguido el número de seguidores que anhelo y que fulanita o fulanito tienen.

Para muchos el no ser visible en las redes afecta su autoestima, la imagen que tengo de mi. Ahora podemos hablar de coleccionar de likes, ya no somos coleccionistas de estampas o de sellos postales. Coleccionamos “me gusta”. El número de amigos en internet es fundamental para muchos.  La pregunta es si son amigos en el sentido del término tradicional  o solamente seguidores, amigos de tal o cual red. Es una revolución, somos parte de ella y lo mejor será adaptarnos y lograr, como todo en la vida, buscar el equilibrio en lugar de ser atrapados por sus tentáculos. Pequeño detalle, pero existe, es una realidad para los muchos de los usuarios. Y esta realidad tiene numerosas facetas, según el modo que queramos verla. Muchas veces no me queda más que sonreír y aceptar que todo cambia y seguirá cambiando, tal como ha sido desde el inicio de la humanidad.

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