«A los cien años, tengo una mente que es superior a la que tenía a los 20, gracias a la experiencia.»

Rita Levi-Montalcini

Sigo con el tema abordado la semana pasada: la última etapa del ciclo vital. He estado pensando en los argumentos que expuse y para los cuales he tenido retroalimentación y yo misma reconozco lo importante prever y pensar en la vejez, en el final, en la muerte. Sigo pensando lo mismo, pero me quedé corta y no hablé del disfrute de la vida. Hay un enorme interés por nuestra salud física y mental y aconsejan que seamos objeto de cuidados para nuestro bienestar, pero me parece que depende del cuidado que nos proporcionemos a nosotras mismas. Y aquí cabe cómo estoy comiendo, durmiendo, manteniendo mi mente ocupada y activa, Ahora que estamos saliendo de la pandemia –aunque no hemos salido del todo-, podemos ya ir suscitando encuentros con la familia, con los nietos y sobre todo con amigas y amigos de nuestra  misma edad. Cuando empezamos a llenar nuestras conversaciones con hechos pasados, ahí diríamos que estamos viejos. Los proyectos, aunque sean de mediano o largo plazo son saludables. ¿Hay algo que quisiera aprender, un idioma, una destreza, escribir sus memorias o sanar viejas heridas?

Cuando estudié mi carrera se decía que la psicoterapia era para la gente de mediana edad, porque la gente mayor no cambia ni había lugar para nuevos aprendizajes. Cuánto ha cambiado la ciencia y los estudios reportan la actividad de cerebro y la materia gris aunque ya estemos entrados en años. Ciertamente hay deterioro cognitivo paro a su vez existe la plasticidad del cerebro que se hace cargo de compensar las áreas deterioradas. La neuróloga Italia Rita Livi-Moltalcini, (1909-2012) que vivió 103 años es famosa por su persistencia en continuar con su trabajo hasta casi los últimos días de su vida. Ella recibió el Premio Nobel  en fisiología y Medicina en 1986.  Es una mujer que inspira. Una amiga hace ciclismo de fin de semana y su pelo canado no impide que suba su bicicleta a su camioneta y parta al lugar de encuentro para recorrer con mujeres y hombres el circuito previsto. Una amiga, bastante mayor se ha unido a un club de lectura que funciona desde hace muchos años, ella es la nueva del grupo y eso la entusiasta. Aprender cada día. Tengo un propósito y  es mantenerme intelectualmente activa hasta el último aliento. Una propone, desea, pero no siempre resulta. Hace dos semanas decidí empezar un programa de ejercicios isométricos para recuperar la pérdida de mi condición física. Sedentaria, acomodada, durante dos años, a pesar de caminar treinta minutos algunos días de la semana, no fueron suficiente  y  hay que hacer algo al respecto, recuperar fuerza muscular, mantener la postura y activarme. El cuerpo es la casa particular y requiere mi cuidado.

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