Esta frase me impresionó mucho la pronunció una señora poco después de haber salido de un estado depresivo. Y me hizo pensar que se sale, se sale. El discurso de una persona sufriente puede ser poético, a veces recurrimos a metáforas salidas de nuestro inconsciente (porque las metáforas pertenecen a la sabiduría universal) y en ocasiones pronunciamos frase llenas de musicalidad. “Pude volver a ver mi sonrisa”, se refiere a la recuperación de esa belleza que es sonreír, porque la alegría se pierde cuando se está deprimido. Yo misma he estado deprimida y no es agradable. Sin embargo, la depresión es un trastorno común. Se estima que en todo el mundo un 5% de la población adulta padece depresión, que afecta más a la mujer que al hombre, (qué gran noticia), que hay tratamiento para ella y que en el peor de lo casos puede llevar al suicidio. Los expertos la han catalogado como leve, moderada o grave, por lo que hay que ponerle atención. Y otro dato: más 700 000 se suicidan cada año y este tipo de muerte ocupa el cuarto lugar en el grupo etario entre 15 a 29 años. Cada año se suicidan más de 700 000 personas. Eso no quiere decir que los mayores no la sufra. La sufren, en serio.
¿Cómo reconocer que estoy deprimida o deprimido? Hay criterios básicos como estado de ánimo deprimido (tristeza, irritabilidad, sensación de vacío) que se traduce en pérdida de de la capacidad de disfrutar o falta de interés en actividades que regularmente me atraían, (juntarme con personas, dar un paseo o inclusive ver televisión). También le acompaña la falta de concentración, el sentimiento de culpa, o de autoestima baja, falta de esperanza en el futuro pensamientos de muerte y de suicidio, (“sería mejor estar muerto”), alteraciones en el sueño, cambios en el apetito o en el peso y sensación de cansancio o falta de energía, ( “no alcanzo a terminar el día”). Como estar en el fondo del pozo, como tener los lentes oscuros todo el tiempo o estar transitando por un bosque lleno de neblina sin ver la salida, pero si hay salida, la psicoterapia, esa herramienta en donde vamos a hablar de los dolores del alma da resultado, y en ocasiones se recurre a algún medicamento. Lo que suelo decir siempre: es una enfermedad como otra, es un doler del alma, pero se supera. La sonrisa se recupera.
Regularmente estas publicaciones son muy breves, trato de ser muy concreta para estar en consonancia con los y las lectoras, pero siempre estoy dispuesta a ampliar cuando me lo piden. Escríbame.