Será porque he estado distante de las redes sociales y no recibo ningún periódico impreso o no veo telenoticieros, pero no vi ninguna mención al Día Mundial de Lucha contra la Depresión que se conmemora el 13 de enero. Este día ha sido proclamado con el propósito de sensibilizar, orientar y prevenir a la población a nivel mundial sobre esta enfermedad, que ha aumentado de manera alarmante a nivel mundial. Y por lo tanto se recomienda difundir información sobre las características que nos permitan identificarla, así como la forma de tratarla.
Siendo tan frecuente muchas personas tenemos temor a admitir que estamos deprimidos y lo negamos, pensamos que solamente es decaimiento y que ya va a pasar, también solemos recriminarnos por no ser lo suficientemente fuertes para enfrentar la vida y por supuesto, en muchos casos el entorno no favorece porque nos dicen: “poné de tu parte”, “piensa en positivo” y tratan de motivarnos, pero resulta que en muchos de los casos se trata de lo que llamamos Depresión clínica. Entre los principales rasgos y característicos de la depresión se destacan tristeza permanente, pérdida de interés, gusto por actividades de la vida cotidiana (de salir, de llamar a amistades, de involucrarnos en tareas bonitas), aislamiento, dificultades en el sueño, falta de apetito, falta de concentración, sensación de cansancio y en muchos casos, irritabilidad.
Puede tratarse de una depresión severa, aguda o de un estado persistente, de larga duración que le impide a la persona sentir felicidad, gusto por la vida. En todos los casos la depresión requiere atención especializada y oportuna para poder realizar un adecuado diagnóstico y la búsqueda de tratamiento. Es importante tomar conciencia que esta enfermedad puede favorecer el aparecimiento de otras más, inclusive puede llevar al suicidio.
Se ha establecido que influyen el comportamiento de los neurotransmisores cerebrales, definidos como aquellas sustancias químicas que ayudan a la transmisión entre las células nerviosas del cerebro.
Menciono a continuación algunas de las causas de la depresión
- Antecedentes personales y/o familiares con cuadros depresivos.
- Composición química, genética y hormonal.
- Exposición a situaciones estresantes y traumas.
- Problemas económicos.
- Situación laboral o desempleo.
- Pérdida o enfermedad de un ser querido o mascota.
- Rupturas sentimentales, divorcios.
- Enfermedades preexistentes que pueden provocar síntomas depresivos, como el hipotiroidismo, la mononucleosis, entre otras afecciones.
- Presiones de tipo social como el bullying (acoso escolar), cyberbulling (acoso por redes sociales) o mobbing (acoso laboral).
Si le ponemos atención, las posibles causas de una depresión son diversas y no está lejos que nos toque y tengamos que enfrentarla. Un proceso terapéutico apropiado y la superación de la enfermedad pueden prevenir el aparecimiento de otro cuadro o recaída y en el caso de que se dé, las probabilidades de salir prontamente son mayores.
¿Cómo se supera la depresión?
Se ha establecido mediante investigación que la mejor manera de resolver la depresión es una combinación de Psicoterapia y antidepresivos (prescrito por un médico). Por supuesto que hay algunas acciones que podremos llevar a cabo con el apoyo del entorno. Aspecto que me propongo compartirles en la próxima entrega.