Ana María Jurado
La palabra estuvo dando vueltas en mi cabeza de un tiempo para acá. Era como estar jugando con fuego, porque resulta emocionante: Dos amores. Sí dos pasiones que te arrebatan el alma y a quien puedes dedicar tiempo equitativo, atenderles y disfrutarles. Así llegué a la conclusión que andaba en esas. Me explico. Durante muchos años mi dedicación primordial ha sido la psicología, tanto la psicología aplicada, es decir la clínica, como la docencia y las actividades gremiales alrededor de la disciplina. El estudio y la dedicación a la ciencia del comportamiento ha sido la razón de mi existencia.
Hace unos pocos años empecé a interesarme en la escritura creativa. Asistí a un taller de Arturo Monterroso y entonces se prendió la llama: Escribir me permitió volver a mi pasatiempo de niña y adolescente: la lectura. Abrir puertas y ventanas a la vida mediante la amistad con los grandes escritores. Conocer sus diferentes estilos y géneros y disfrutar de cada una de las palabras que han salido de su pluma.
También me permitió enfrentar a la hoja en blanco y vencer el miedo de decir lo que aprieta, empuja, por salir. Porque sí la escritura es una forma de dique por donde sale lo que está adentro. Es un arte, una técnica, una terapia.
Aprendí a desechar, pulir, empezar de nuevo. Hacer el trabajo de carpintería cono lo llama el maestro Monterroso. Dedicarle tiempo, buscar nuevas formas, destapar la creatividad.
Sé que muchas personas tienen dos o tres amores y a todos les dedican tiempo. Algunos comparten su profesión con el deporte, con la música, con la pintura, o tienen dos trabajos distintos e importantes. Aprenden a balancear su tiempo y a vivir una vida plena y de auto realización mediante hacer dos o tres cosas que les gusta.
En este tipo de bigamia se abraza con pasión dos actividades no necesariamente remunerables, pero si altamente gratificantes. El sentido del trabajo es una de las líneas de trabajo del existencialismo y el tiempo libre viene ocupando espacios en la búsqueda de la buena vida. La bigamia profesional es darle importancia a la capacidad de desarrollo cualquiera sea nuestra edad. Esta a su vez previene algunos de los males que nos aquejan, desde la depresión hasta la soledad.
El ocio y el tiempo libre son altamente recomendados para el manejo del estrés y en aras de aumentar la calidad de vida. El trabajo significativo también aumenta el bienestar personal. Hay quienes hablan de dedicarse a otra actividad cuando se jubilen, lo cual es fundamental. Digo que no es necesario esperar hasta que nos “retiremos” para emprender un nuevo proyecto de vida o fortalecer los que ya tenemos. Es ahora. Por ello celebro el nombre de nuestro grupo de escritura: Los Desatosigados. Va muy de acuerdo con la bigamia profesional que profesamos.