Ana María Jurado
Son las 6:50 y el tráfico es desesperante. Tengo una cita a las 7:30 y no creo llegar a tiempo. Enciendo la radio y escucho noticias. No lo soporto. La apago, y observo: un grupo trabajadores de la construcción bajan del bus que para delante de mí y corren entre carcajadas… Pienso que están contentos, que han contado un buen chiste. Los buses vienen entrando a la ciudad llenos, muy llenos de gente, personas somnolientas; algunos callados ven hacia afuera con curiosidad. Otro tiene audífonos puestos. Imagino que escucha noticias o que va haciendo el inventario de los muertos del día anterior. A pesar de la violencia el mercado de la Terminal está despierto desde la madrugada y los intercambios de bienes y servicio se envuelven en gritos de regateo. A pesar de la violencia la vida sigue, los patojos juegan y unos hombres silban. A pesar de la violencia la ciudad está despierta.
Después de la escalada de violencia de las semanas pasadas cualquiera creería que 10 de cada habitante de esta ciudad nos quedaríamos encerrados y que de pronto ésta, como si se tratara de una película del oeste, amanecería como de pueblo fantasma. Sin embargo no es así. ¿Qué nos hace seguir adelante, desenvolvernos como si no pasara nada? ¿Qué es ese algo que nos mueve y que nos permite creer que mañana va a ser mejor, que quizá va a pesar un milagro. ¿Qué nos impide tirarnos un tiro y acabar con todo de una buena vez?
Escuche usted las conversaciones cotidianas y dese cuanta que cada uno de nosotros tenemos una historia propia o ajena que contar, porque cada quien hemos sido víctimas directas o indirectas de un hecho violento. Los efectos de este clima dantesco y descorazonador, tendría que ser la enfermedad. La enfermedad física y mental, expresada en cuadros diversos y especialmente en el llamado estrés pos traumático.
Sin embargo los estudios alrededor a la capacidad del ser humano de superar la adversidad, han llevado a los estudiosos a establecer el término resiliencia, que significa: según el diccionario” la característica mecánica que define la resistencia de los materiales a los impactos” y al adjetivo, resiliente, “que presenta resistencia a los impactos”.
Hoy el término es utilizado por los especialistas de las ciencias sociales y psicológicas y significa”la capacidad de triunfar, de vivir, de desarrollarse, positiva y de manera socialmente aceptable, a pesar del estrés o de la adversidad que implica normalmente el grave riesgo de un resultado negativo”
El tráfico se ha movido, escucho una música en la radio y pienso en las personas que vi dentro del bus y en las que caminan presurosas en la calle. ¿Se trata de personas resiliente? ¿En dónde lo aprendieron? ¿Tantos años de horror y de muerte, nos han hecho fuertes? Le subo el volumen al radio.