En Guatemala hay un movimiento importante para hacer evidente, sensibilizar y ojalá erradicar el acoso sexual que se da en la calle y especialmente en el transporte público. Las mujeres son acosadas con agresiones que van desde piropos denigrantes hasta acciones extremadamente desagradables. Este tipo de agresión es otra más dentro de la gama de violencia hacia la mujer. Pasa que ellas no denuncian ni piden ayuda a los representantes de la ley; no lo hacen por temor o por desconocimiento de sus derechos e incluso porque no creen encontrar ayuda.
Estas prácticas generan malestar en quienes la sufren, en la medida en que coartan no solo el libre transito, sino además las posibilidades de desarrollar capacidades individuales, relacionales y sociales, en un contexto que pueda hacer posible el bienestar. Por esta razón, el acoso sexual callejero no constituye un bien para sus víctimas . El acoso sexual callejero es violencia. Confío en que así como estamos haciendo cambios en diversos ámbitos, podemos establecer una cultura de denuncia, alzar la voz!