Muchas personas sufren esta reacción vicaria durante un evento traumático o posterior a él.  Estamos hablando de quienes atienden a las víctimas y sobrevivientes: Médicos, bomberos, asistentes sociales, maestras, psicólogas, y personas que escuchan los relatos de la tragedia, sacerdotes, consejeros espirituales, e incluso, operadores de justicia que tienen que escuchar relatos escalofriantes; su efecto es indirecto, pero igualmente es un tipo de traumatización y tiene un efecto acumulativo y pernicioso.

A este tipo de trauma se le llama Trauma Vicario. Las personas afectadas sufren cambios físicos, psicológicos, sociales o  espirituales que necesitan atención de manera inmediata. De manera que el panorama es realmente preocupante y hay mucho que hace. Confío en que ahora mismo se esté prestando atención a estas personas… Ellas pueden estar sufriendo desgaste emocional y su salud física y emocional está en riesgo. También hay que poner atención a quienes desean ayudar de manera voluntaria, ayudar de alguna forma.

Pienso que cada quien desde su propio espacio puede contribuir con donaciones en especie o en dinero, con su tiempo, con ideas; es tiempo de sumar no de restar con la crítica. Son momentos en que la solidaridad se hace patente, pero la ayuda da debe ser pensada, ordenada y canalizada de manera adecuada.

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