Cuánta satisfacción produce la aceptación, el cariño y los mimos de otra persona, pero la vida no es solamente de halagos, todos estamos expuestos a recibir el rechazo o la desaprobación de alguien más. Porque no le gustamos, no aprueba la forma en que pensamos, tiene otros intereses o nos deja de querer, y puede decidir, inclusive, dejarnos, terminar la relación. Cada quien tiene la libertad de aprobar o desaprobar nuestra forma de ser y de terminar una relación.

Así que el percibir el rechazo no nos mata, es doloroso y puede que lloremos un par de días, pero luego podemos seguir adelante. Cuando nos aferramos a alguien estamos ante una situación de dependencia que nos impide crecer.

He visto mucho sufrimiento en personas dependientes y creo que no vale la pena causarnos tanto dolor. Porque no es la otra persona quien nos causa el dolor, sino que somos nosotros mismos quienes al aferrarnos nos flagelamos.

El significado de quién somos, cuánto valemos, qué pensamos de nosotras mismas depende de nosotras mismas y de nadie más. Eso es lo que se llama autoestima. La autoestima la construimos nosotras. Así que si recibimos rechazo perdamos el temor de alejarnos. Soltar es la clave.

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